Los quistes de Naboth (también conocidos como glándulas de Naboth) son quistes en el cuello uterino. Se consideran lesiones benignas, pero, sin embargo, los médicos del embarazo discuten sobre el tratamiento de los quistes de Naboth; algunos apoyan su eliminación, otros recomiendan solo la observación. Vea cuáles son las causas y los síntomas del quiste de Naboth.
Los quistes de Naboth (también conocidos como glándulas de Naboth) son quistes del cuello uterino que aparecen como vesículas pequeñas, únicas o múltiples llenas de contenido mucoso o mucopurulento (si están infectadas). Estos son cambios benignos, pero el tratamiento de los quistes de Naboth sigue siendo un tema de debate. Algunos médicos argumentan que necesitan ser removidos, otros recomiendan solo observación. Sin embargo, están de acuerdo en que se debe recolectar material del área de la lesión para un examen citológico.
Quistes de Naboth: causas y factores de riesgo
Los quistes de Naboth se forman cuando las glándulas del cuello uterino (que producen moco) están obstruidas por el epitelio en crecimiento. Esto suele ocurrir mientras se tratan o curan las erosiones cervicales.
Las glándulas de Naboth se diagnostican con mayor frecuencia en mujeres en edad fértil, especialmente en aquellas que han dado a luz. Aparecen con menos frecuencia en niñas, así como en mujeres pre y posmenopáusicas.
Quistes de Naboth - síntomas
Los quistes de Naboth no causan ninguna molestia. La mayoría de las veces se diagnostican accidentalmente durante una visita a un ginecólogo, en un examen colposcópico (endoscopia cervical), realizado por un motivo diferente. El paciente puede sentir quistes más grandes al tacto.
Quistes de Naboth - diagnóstico
En el caso del quiste de Naboth, se realiza un examen ginecológico y una citología.
Quistes de Naboth - tratamiento
Los ginecólogos todavía discuten sobre el tratamiento del quiste de Naboth. Algunos apoyan su eliminación, otros, debido a la naturaleza leve de la lesión, solo recomiendan la observación. Los quistes de Naboth no tratados generalmente no son una amenaza, ya que desaparecerán después de un tiempo, pero tienden a reaparecer. Si el médico decide extirpar los quistes, se perforan, se extrae su contenido y los vaciados se congelan con nitrógeno líquido (crioterapia) o se queman con láser (terapia con láser) o electricidad (electroterapia).
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