El tejido adiposo juega un papel importante en nuestro organismo. Protege los órganos internos contra daños mecánicos. Además, es un acumulador de energía y protege el cuerpo contra la pérdida de calor. Al utilizar, por ejemplo, una dieta adelgazante, el organismo ralentiza el metabolismo y alcanza las reservas contenidas en el tejido adiposo. El tejido adiposo está formado por células grasas llamadas adipocitos, que se forman a la edad de dos años.
Además de la glucosa en los músculos y el hígado (en forma de glucógeno), el tejido adiposo es la reserva de energía más importante de nuestro organismo. ¡Las calorías almacenadas en él son suficientes para unos 40 días de supervivencia sin comida! Además, también realiza, entre otras cosas, Función de aislamiento térmico: protege contra la pérdida de calor.
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Las células que componen el tejido adiposo.
¿Cómo se forman las células grasas o los adipocitos? El exceso de energía, principalmente de los azúcares, va a los preadipocitos subcutáneos a través del torrente sanguíneo. Estos, con la participación de una proteína específica llamada PPAR-gamma, se transforman en adipocitos maduros, que se caracterizan por tener 3 veces menos masa que las células musculares, con una eficiencia energética mucho mayor. Vale la pena enfatizar que los adipocitos se forman hasta la edad de 2 años, luego su cantidad permanece igual, solo cambia su volumen. Durante la escasez de energía que se produce durante el uso de dietas de adelgazamiento, el cuerpo cambia al modo de "alarma". Esto significa que reduce el metabolismo, ralentiza algunas transformaciones y busca otras reservas de energía, como el glucógeno. El propósito de estos cambios es preservar las reservas de grasa.
Las hormonas gobiernan la quema de grasa
La norepinefrina es una hormona que, al unirse a su receptor en la membrana celular, envía señales para descomponer las partículas de grasa en formas más pequeñas. Algunas de estas formas son "quemadas" por los músculos que trabajan, el resto, con la participación de hormonas tiroideas, afecta la formación de proteínas que queman las partículas de grasa posteriores con la liberación simultánea de calor (este es el proceso de termogénesis). En el menú diario, podemos encontrar muchos productos que son ricos en sustancias que funcionan según el principio de la noradrenalina, hormonas tiroideas o estimulan la degradación de ácidos grasos similares.
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