Un ataque isquémico transitorio, o AIT, es una situación clínica en la que el cerebro no recibe suficiente sangre. La manifestación clínica de un AIT es muy similar a un accidente cerebrovascular clásico, con la única diferencia de que cualquier déficit neurológico se resuelve espontáneamente en 24 horas. Cualquier alteración del habla o una restricción repentina de la movilidad, especialmente unilateral, debe ser motivo de preocupación y es una indicación para una consulta médica urgente.
Un ataque isquémico transitorio o AIT es muy a menudo una especie de preludio de una condición clínica grave conocida como accidente cerebrovascular. La etiología de la enfermedad es relativamente sencilla. Los vasos cambiados bajo la influencia de la aterosclerosis pierden su elasticidad y se vuelven rígidos. Los coágulos de sangre, por ejemplo, de los vasos del cuello, pueden impedir de manera efectiva el suministro de sangre al cerebro. En el caso del AIT, el coágulo es relativamente fácil de disolver, restableciendo así el flujo sanguíneo normal, lo que se traduce en la desaparición de los síntomas actuales de isquemia.
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Cómo reconocer un ataque isquémico transitorio
Para hablar de AIT, todos los síntomas de déficit neurológico deben desaparecer dentro de las 24 horas posteriores a su aparición. Los síntomas más patognomónicos indicativos de isquemia cerebral incluyen:
- parálisis de las extremidades, generalmente unilateral, en muchos casos que afecta el área facial
- trastornos del habla: deterioro del habla, habla incomprensible, afasia
- hormigueo en ciertas áreas del cuerpo
- discapacidad visual, generalmente monocular ceguera temporal del ojo
- mareo
- dificultad para mantener el equilibrio
- falta de coordinación de movimientos
- deterioro de la memoria
- falta de orientación en el tiempo, el llamado confusión
El cuadro de AIT es tan característico que el diagnóstico inicial se puede realizar sobre la base de la sintomatología en sí. Para confirmar los supuestos, se realizan pruebas de diagnóstico, principalmente imágenes: CT (tomografía computarizada) para excluir un accidente cerebrovascular, ECG para indicar la etiología de la isquemia transitoria: fibrilación auricular u otras enfermedades cardíacas. En muchos centros también se realiza una ecografía del cuello, que evalúa la permeabilidad de los vasos cervicales.
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El tratamiento principal de AIT es eliminar la causa raíz de la isquemia. La presencia de coágulos de sangre que provocan la obliteración de los vasos obliga al médico a comenzar a utilizar medicamentos con efecto anticoagulante. A los pacientes diagnosticados con fibrilación auricular se les debe prescribir la ingesta constante de fármacos antitrombóticos. Un tratamiento más radical es un procedimiento invasivo que ensancha el vaso estrecho insertando un tubo estrecho.
El tratamiento preventivo es extremadamente importante para minimizar la probabilidad de aterosclerosis. Es necesario modificar el estilo de vida: dejar de fumar, realizar actividad física regular o una alimentación saludable con un intervalo de tres horas entre las comidas.
Los factores que pretenden la aparición de un ataque isquémico transitorio son niveles elevados de colesterol, hipertensión arterial, abuso de alcohol o sobrepeso con tendencia a la obesidad.
Cada déficit neurológico que sustenta un AIT, especialmente con síntomas motores visibles, debe diferenciarse de un ataque epiléptico parcial, migraña, hemorragia cerebral, endurecimiento diseminado, especialmente cuando el primer síntoma es una disminución repentina de la agudeza visual.
Vale la pena saberlo
Se estima que después del primer episodio de AIT, el 10,5% de las personas sufrirán un accidente cerebrovascular en los próximos 3 meses y la mitad de ellas lo sufrirá en los próximos 2 años. Es más probable que sufra un derrame cerebral si:
- la edad del paciente es mayor de 60 años (1 punto)
- la presión arterial es superior a 140/90 (1 punto)
- tiene síntomas motores unilaterales (2 puntos)
- tienes afasia (1 punto)
- los síntomas duran más de 1 hora (2 puntos) o menos de 1 hora (1 punto)
- diabetes mellitus coexistente (1 punto)
Cuanto mayor sea el número de puntos (el número máximo es 8), mayor será el riesgo de sufrir un derrame cerebral.
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