Mi hijo está en una escuela especial, tiene 13 años y tiene una discapacidad leve. Ella es una niña muy móvil. Tengo grandes problemas con eso. No tiene opinión, a menudo imita a sus colegas, los escucha. Habla muy feo, sin prestar atención a si es un adulto o un compañero. En la escuela, lo inscribí en un psiquiatra. Pero tiene un efecto temporal. ¿Cómo seguir adelante?
Por lo que escribió, entendí que su hijo tiene un problema de movilidad excesiva, usa maldiciones con adultos y compañeros y está muy influenciado por sus compañeros.
Todos los comportamientos que mencionas ocurren de manera más intensa en los niños durante la adolescencia, y el grupo de pares entonces se vuelve muy importante, e incluso el más importante en las relaciones sociales. Las intervenciones parentales previamente probadas también dejan de ser efectivas durante este período. Un niño se convierte en un adolescente y, a menudo, no comprende su propio comportamiento y tiene dificultades con las emociones que experimenta, no puede lidiar de manera constructiva con la tensión mental excesiva.
Es importante hablar con paciencia, calma, pero también con firmeza sobre sus expectativas y establecer límites. Que los adultos, tanto en casa como en la escuela, presten atención cuando es vulgar y no respeta los límites de los demás, que hablen, demuestren cómo pueden expresarse de manera diferente, y den una alternativa a, por ejemplo, las malas palabras. Es importante decirle por qué no queremos algo y cómo nos sentimos cuando ella hace algo. Es importante despertar la empatía y mostrar el momento en que su comportamiento no es aceptable para nosotros.
No sé cuáles fueron las recomendaciones del psiquiatra, si mi hijo recibió medicación, si su movilidad excesiva requiere intervención farmacológica o no. Recomendaría algunas reuniones con un psicólogo para ayudarlo a encontrar la manera correcta de comunicarse con su hijo, mostrar cómo cambia el comportamiento del adolescente, cómo establecer límites, cómo enseñar formas constructivas de aliviar la tensión mental. Quizás en el área haya la oportunidad de unirse a un grupo de padres que se reúnen para mejorar sus habilidades de crianza, también vale la pena buscar una capacitación en habilidades sociales para su hijo. Tal vez pueda contratar a un psicólogo o consejero escolar para que le ayude a encontrar un grupo de este tipo para su hijo.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Dominika Ambroziewicz-WnukPsicóloga, formadora de desarrollo personal.
Desde hace 20 años trabaja con adolescentes, adultos jóvenes y sus tutores. Apoya a las personas que experimentan dificultades escolares y relacionales, trastornos de la adolescencia y padres adolescentes www.centrum-busola.pl