Los hemangiomas hepáticos son uno de los tumores hepáticos benignos más comunes. La mayoría de ellos son asintomáticos y se detectan accidentalmente durante una ecografía de la cavidad abdominal. Los hemangiomas hepáticos se presentan con la misma frecuencia en ambos sexos, con una prevalencia del 5-10% en la población general. Su etiopatogenia no se ha dilucidado por completo.
Tabla de contenido
- Hemangioma de hígado: síntomas
- Hemangioma de hígado: diagnóstico
- Hemangioma de hígado: tratamiento
Los hemangiomas hepáticos ocupan por igual los lóbulos izquierdo y derecho del hígado y pueden variar de tamaño. Su diámetro varía desde unos pocos milímetros hasta unos pocos o una docena de centímetros.
Los cambios con un diámetro superior a 5 cm se denominan hemangiomas gigantes.
Los hemangiomas más grandes se observan con mayor frecuencia en mujeres, especialmente en aquellas que usan anticonceptivos hormonales y durante el embarazo.
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Hemangioma de hígado: síntomas
Debido a que la mayoría de los hemangiomas son pequeños, no causan ningún problema. Los síntomas clínicos aparecen solo en pacientes con hemangiomas grandes.
Luego, puede sentir dolor y malestar en el hipocondrio derecho, que resulta del estiramiento de la cápsula hepática, la presión sobre los órganos adyacentes de la cavidad abdominal y la torsión del hemangioma pediculado.
El dolor también puede resultar de cambios trombóticos en el hemangioma, y también puede resultar del rápido agrandamiento de la lesión, lo que resulta en el estiramiento de la cápsula hepática.
Se asume que el dolor percibido y la febrícula en algunos pacientes pueden ser consecuencia de cambios retrógrados en el hemangioma, incluidas calcificaciones y necrosis focales.
Vale la pena saber que una complicación grave, pero rara, es la rotura del angioma. Si ocurre, se trata de lesiones grandes con un diámetro superior a 10 cm y suele requerir cirugía.
En muy raras ocasiones puede ir acompañado de los llamados Síndrome de Kasabach-Merrit, que incluye trombocitopenia y coagulopatía por consumo.
Hemangioma de hígado: diagnóstico
Los estudios de imagen juegan un papel importante en la identificación de hemangiomas hepáticos: ecografía abdominal, tomografía computarizada, resonancia magnética y gammagrafía.
En muy raras ocasiones, se realiza una biopsia por aspiración con aguja fina (BAC) de la lesión debido al alto riesgo de hemorragia y la baja utilidad del material celular obtenido para el examen microscópico; el material recolectado en ese momento contiene principalmente elementos morfóticos de sangre.
En la imagen ecográfica, los hemangiomas pequeños (de hasta 5 cm de diámetro) son visibles como estructuras ovaladas e hiperecoicas bien delimitadas del parénquima circundante, mientras que los más grandes tienen una ecoestructura heterogénea.
El uso de la ecografía Doppler tiene poca importancia diagnóstica ya que el flujo sanguíneo en el hemangioma es muy lento; no se encuentra ninguna señal en esta situación.
Otro método de diagnóstico es la tomografía computarizada (TC) de la cavidad abdominal con contraste. Se utiliza no solo para diagnosticar el hemangioma hepático, sino también para establecer indicaciones de un posible tratamiento quirúrgico.
Un rasgo característico de la tomografía computarizada es un flujo lento de sangre desde la periferia de la lesión hasta su centro. Antes de la administración intravenosa del medio de contraste, aparece como una lesión ovalada, bien delimitada, estructuralmente uniforme e hipodensa.
Vale la pena recordar que los hemangiomas pequeños y la trombosis masiva dentro del hemangioma son difíciles de evaluar en la tomografía computarizada; no se saturará con un agente de contraste.
La resonancia magnética (RM) con medio de contraste se utiliza en casos especialmente dudosos. Vale la pena recordar que la sensibilidad de este examen es mayor que la de la ecografía.
La última prueba diagnóstica utilizada es la gammagrafía de glóbulos rojos marcada con tecnecio (99Tc), que se caracteriza por la mayor especificidad. Permite la visualización de glóbulos rojos marcados con tecnecio acumulados en el hemangioma.
Hemangioma de hígado: tratamiento
Los hemangiomas hepáticos pequeños, que no superan los 5 cm de diámetro, no crecen y no amenazan con romperse, solo requieren observación regular (cada 6-12 meses) y evaluación ecográfica.
Si hay una lesión mayor de 5 cm de diámetro, conviene comprobar adicionalmente el sistema de coagulación.
Debe considerarse el tratamiento quirúrgico en pacientes con hemangiomas de diámetro superior a 10 cm y con síntomas clínicos (fiebre, dolor, signos de coagulopatía).
Las indicaciones para el tratamiento quirúrgico incluyen rotura del hemangioma, compresión del hemangioma en órganos adyacentes, lesiones de rápido crecimiento y presencia de una fístula arteriovenosa.
Vale la pena mencionar aquí que los hemangiomas detectados durante la cirugía por cualquier otro motivo se extirpan solo cuando existe un alto riesgo de ruptura, es decir, cuando su cápsula está apretada o cuando son superficiales.
Además, en pacientes en los que la resección hepática es imposible o está contraindicada por razones técnicas, se puede utilizar el tratamiento con el uso de radiología intervencionista.
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