Los macrófagos son células presa cuya función principal en el cuerpo humano es realizar la fagocitosis, es decir, la absorción y destrucción de, entre otros, microorganismos, microorganismos y células dañadas, anormales o moribundas. Desempeñan un papel muy importante en la respuesta inmunitaria del cuerpo humano (tanto innata como adquirida), inician y regulan el proceso inflamatorio, destruyen microorganismos y eliminan células anormales (por ejemplo, cancerosas) e inician el proceso de regeneración de tejidos.
Tabla de contenido
- Activación de macrófagos
- Macrófagos: formas morfológicas
- Macrófagos: funciones
Los macrófagos se derivan de los monocitos, que surgen de la unidad formadora de colonias (macrófagos) (CFU-M) en la médula ósea roja.
En los niños, la médula ósea roja llena todos los huesos, tanto los largos como los planos. En los adultos, es reemplazada por la médula ósea amarilla, y la médula roja se encuentra en los huesos planos, que incluyen los huesos pélvicos, el esternón, los cuerpos vertebrales, las costillas, los huesos del cráneo, las escápulas y las epífisis de los huesos largos.
Las células CFU-M proliferan, se diferencian y maduran a medida que pasan por las siguientes etapas:
- monoblastos
- promonocitos
- monocitos
Una vez completada la maduración, los monocitos abandonan la médula ósea y entran en la sangre circulante. Después de pasar de la sangre a través del endotelio de los vasos sanguíneos a los tejidos, los monocitos se convierten en macrófagos tisulares.
Célula madre pluripotente → célula madre mieloide → célula CFU-GM → célula CFU-M
→ monoblastos → promonocitos → monocitos → macrófagos → macrófagos tisulares
Activación de macrófagos
La activación de los macrófagos aumenta su capacidad de alimentación, aumenta su citotoxicidad en relación con las células dañadas del cuerpo y aumenta las propiedades bactericidas.
Los macrófagos pueden ser activados por 2 grupos principales de factores, tanto fisiológicos (que provienen del propio cuerpo del cuerpo) como patológicos (por ejemplo, son producidos por microorganismos, incluidas las endotoxinas producidas por bacterias).
Activan con más fuerza los macrófagos de citocinas, es decir, los factores liberados principalmente por los mastocitos estimulados (mastocitos) y los linfocitos T, en particular el interferón gamma (IFN-gamma).
Los macrófagos activados reciben una señal para iniciar la fagocitosis, que implica la absorción y destrucción de, entre otros, microorganismos o células dañadas.
Además, segregan citocinas proinflamatorias y presentan antígenos de los microorganismos absorbidos en su superficie.
Otras células del sistema inmunológico (células T colaboradoras) las reconocen y estimulan la producción de anticuerpos específicos contra ellas.
Macrófagos: formas morfológicas
Las funciones que realizan los macrófagos son variadas y dependen principalmente del tipo de tejido en el que se encuentran. Pueden adoptar diversas formas morfológicas:
- en el hígado: células de Browicz-Kupffer, es decir, macrófagos asentados en las paredes de los vasos del seno en el hígado
- en los pulmones - los macrófagos alveolares son un componente importante de los mecanismos de defensa pulmonar - su tarea es fagocitar y digerir bacterias y otras partículas extrañas (por ejemplo, polvo, humo de tabaco, amianto, silicio)
- en la epidermis - células de Langerhans
- en el tejido óseo: osteoclastos (es decir, células similares a huesos)
- en el sistema nervioso central - microglia
Sin embargo, vale la pena señalar que los macrófagos se encuentran no solo en los tejidos conectivos sanos, sino también en todos los órganos del cuerpo humano.
Macrófagos: funciones
Los macrófagos juegan un papel clave en el sistema inmunológico humano, son responsables de iniciar respuestas antibacterianas, antiparasitarias, antifúngicas y antivirales, además de eliminar las células y tejidos dañados e iniciar el proceso de su reparación.
Participan en la respuesta inmune específica y no específica del cuerpo al fagocitar y mostrar antígenos en su superficie.
La alta actividad fagocítica de los macrófagos se debe al rico conjunto de enzimas proteolíticas que se encuentran en ellos.
Cabe señalar que también son responsables de la secreción de diversos factores que deben estimular o inhibir la actividad de los linfocitos (incluidos algunos factores del complemento, interferón, prostaglandinas, interleucinas) así como la secreción de factores proinflamatorios (citocinas, quimiocinas, enzimas, oxígeno libre y radicales de óxido nítrico). ) que regulan el inicio y regulación del proceso inflamatorio.