El osteosarcoma (latín osteosarcoma) es un tumor maligno que se origina en el tejido óseo. Averigüe quién desarrolla osteosarcoma con más frecuencia, qué síntomas son el osteosarcoma, qué pruebas de diagnóstico se deben realizar cuando se sospecha osteosarcoma y cómo se trata el osteosarcoma.
Tabla de contenido:
- Osteosarcoma - introducción. Estructura osea
- Osteosarcoma: factores de riesgo
- Osteosarcoma - síntomas
- Osteosarcoma - diagnóstico
- Osteosarcoma - clasificación. Niveles de progreso
- Osteosarcoma - tratamiento
- Osteosarcoma - pronóstico
Osteosarcoma (osteosarcoma, latín. osteosarcoma) se diagnostica con mayor frecuencia en personas jóvenes, especialmente en el período de crecimiento intensivo.
Aunque la incidencia de osteosarcoma es relativamente baja (en la población polaca es de unos 80 casos nuevos al año), este grupo de cánceres no debe subestimarse.
En el caso de problemas inexplicables con el sistema esquelético, siempre se debe descartar un posible proceso neoplásico.
El tratamiento de los osteosarcomas suele ser agresivo y multidireccional, y un diagnóstico temprano aumenta las posibilidades de éxito de la terapia.
Osteosarcoma - introducción. Estructura osea
Antes de describir los osteosarcomas, echemos un vistazo breve a los órganos en los que se desarrollan estos tumores: los huesos.
Debido a la forma, existen varios tipos de huesos:
- huesos largos
- huesos cortos
- Huesos planos
- huesos de diversas formas
Al escuchar el nombre "hueso", la mayoría de nosotros probablemente imaginamos un hueso largo. Ejemplos de huesos largos en nuestro cuerpo incluyen
- húmero
- fémur
- hueso tibial
- cubito
Al hablar de osteosarcomas, nos centraremos principalmente en este grupo de huesos.
Se estima que hasta un 80-90% de los osteosarcomas se desarrollan en huesos largos.
En la construcción del hueso largo, existen 3 estructuras básicas: la epífisis proximal, la diáfisis y la epífisis distal. Las raíces de los huesos largos están cubiertas de cartílago y forman superficies articulares.
Entre el eje y la base de los huesos hay los llamados sótanos.
Otro elemento muy importante se ubica dentro de las metáfisis: el cartílago de crecimiento. El cartílago de crecimiento permite que el hueso crezca longitudinalmente. Cuando se completa el proceso de crecimiento, este cartílago se transforma en hueso.
Las epífisis de los huesos largos son el sitio donde se desarrollan con mayor frecuencia los osteosarcomas.
Entre ellos, deben distinguirse particularmente la epífisis distal del fémur y la epífisis proximal de la tibia, es decir, estructuras ubicadas en las inmediaciones de la articulación de la rodilla.
Se estima que hasta la mitad de los osteosarcomas se localizan en la zona de la rodilla.
Otra ubicación relativamente común de estos tumores es el húmero. Los osteosarcomas localizados en el esqueleto axial (cráneo, columna, pelvis) o en los huesos pequeños de manos y pies son mucho menos comunes.
Osteosarcoma: factores de riesgo
Existen varias hipótesis sobre las causas del osteosarcoma. Los factores específicos detrás del desarrollo de estos tumores aún se desconocen.
En muchos pacientes, la formación de osteosarcomas parece estar asociada con el llamado salto de crecimiento, es decir, rápido crecimiento óseo en longitud. Esta relación es tanto temporal (incidencia máxima en la segunda década de la vida) como de localización (los osteosarcomas se desarrollan en las proximidades de los cartílagos de crecimiento).
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El factor de riesgo independiente es el género: los osteosarcomas son más frecuentes en los hombres (frecuencia 3: 2 en comparación con las mujeres).
En pacientes mayores, los osteosarcomas pueden desarrollarse sobre la base de una enfermedad ósea preexistente. Me refiero principalmente a varios tipos de displasias óseas, es decir, enfermedades relacionadas con la estructura anormal del tejido óseo.
Otro factor de riesgo es la radiación ionizante: los huesos previamente irradiados tienen un mayor riesgo de procesos neoplásicos. El riesgo aumenta con la cantidad de radiación absorbida.
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También se sabe que la predisposición genética juega un papel en la formación de osteosarcomas. Hasta ahora, existen varios genes conocidos cuyas mutaciones pueden contribuir a un mayor riesgo de desarrollar osteosarcoma.
Osteosarcoma - síntomas
Los factores de riesgo para el desarrollo de osteosarcomas mencionados en el apartado anterior muestran lo poco que sabemos sobre la formación de estas neoplasias. Como resultado, también hay posibilidades insignificantes de profilaxis del osteosarcoma. Por esta razón, es muy importante seguir las reglas de los llamados vigilancia oncológica.
Vale la pena conocer qué síntomas puede dar el osteosarcoma y cuándo es absolutamente necesario profundizar en el diagnóstico de este tumor.
- Dolor de huesos
El primer síntoma y el más común del osteosarcoma es el dolor de huesos. Las dolencias suelen localizarse en un lugar específico. Un síntoma particularmente perturbador (llamado "bandera roja" en oncología) es el dolor que ocurre por la noche y despierta al paciente del sueño.
- Hinchazón de los tejidos blandos adyacentes
Otro síntoma común es la hinchazón de los tejidos blandos adyacentes. En el caso de un avance significativo del tumor, sucede que el tumor es visible a simple vista.
A diferencia de muchas otras neoplasias malignas, los osteosarcomas rara vez causan síntomas sistémicos como
- anemia
- fiebre baja
- pérdida de peso
- debilidad
El dolor óseo repentino y severo puede ser el resultado de una fractura patológica como consecuencia del debilitamiento de la estructura ósea por el cáncer que se desarrolla en ella.
Osteosarcoma - diagnóstico
La primera etapa en el diagnóstico de osteosarcoma es un historial médico y un examen físico.
Para visualizar cualquier cambio en los huesos, es necesario realizar pruebas de imagen.
El tipo básico de imágenes son los rayos X. La imagen de rayos X en los osteosarcomas es heterogénea: la imagen puede mostrar tanto los puntos de destrucción del tejido óseo como su acumulación.
Un síntoma característico en las radiografías de los osteosarcomas es el llamado Triángulo de Codman, es decir, elevación del periostio en la vecindad del infiltrado neoplásico.
La imagen de rayos X le permite visualizar la patología, aunque la evaluación precisa de su extensión y grado de avance requiere investigación adicional.
La resonancia magnética se realiza para visualizar mejor el interior de los huesos (cavidades mieloides), así como los tejidos blandos circundantes.
La siguiente etapa del diagnóstico es detectar posibles focos metastásicos.
El osteosarcoma es una neoplasia maligna que puede hacer metástasis a través del torrente sanguíneo.
Se estima que en el momento del diagnóstico, aproximadamente el 15% de los pacientes tienen metástasis visibles en las pruebas de imagen.
El osteosarcoma tiende a hacer metástasis dentro de los pulmones, por lo que también deben realizarse radiografías de tórax o tomografías computarizadas.
Además, el diagnóstico de osteosarcoma es una indicación para el examen gammagráfico de todo el esqueleto. La gammagrafía permite visualizar focos tumorales ubicados en otros huesos.
Aunque los exámenes por imágenes a menudo permiten sospechar la malignidad de la lesión, el diagnóstico final solo es posible después de la verificación histopatológica. Para realizar un examen histopatológico, es necesario tomar una muestra del tejido afectado por la enfermedad.
Tal sección se obtiene durante una biopsia de hueso. El patólogo somete el material obtenido a un tratamiento especial y luego lo examina bajo un microscopio. El resultado del examen histopatológico permite establecer el diagnóstico y clasificar la neoplasia según el tipo y grado de avance.
Osteosarcoma - clasificación. Niveles de progreso
Los osteosarcomas pueden clasificarse según varios criterios. El primer tipo de evaluación es el grado del tumor, conocido como clasificación.
La clasificación responde a la pregunta de cuán graves son las características de malignidad en las células del tumor en estudio.
La escala de clasificación para el osteosarcoma es de cuatro grados (de G1 a G4), donde G1 es de bajo grado, G2 es medio y G3 y G4 son altos. Ejemplos de osteosarcomas pertenecientes a cada grupo son:
- G1 - osteosarcoma
- G2 - osteosarcoma extraóseo
- G3 y G4: clásico, angiosarcoma, osteosarcoma de células pequeñas
El segundo componente importante de la evaluación de los osteosarcomas es el estadio clínico, el llamado puesta en escena.
Como en el caso de muchas otras neoplasias malignas, la clasificación TNM se utiliza para evaluar el estadio clínico, basándose en tres características básicas del tumor: el tamaño del tumor primario (tumor T), la presencia de metástasis en los ganglios linfáticos locales (ganglios N) y la presencia de metástasis a distancia ( M - metástasis).
La estadificación de los osteosarcomas se representa mediante los siguientes símbolos:
Característica T (tamaño del tumor):
- T0 - sin foco principal
- T1 - lesión primaria mayor o igual a 8 cm (en la dimensión máxima)
- T2 - lesión primaria mayor de 8 cm (en la dimensión máxima)
- T3: otras lesiones tumorales dentro del mismo hueso
II. Característica N (ganglios linfáticos circundantes):
- N0: sin metástasis en los ganglios linfáticos circundantes
- N1: metástasis presentes en los ganglios linfáticos circundantes
III. Característica M (metástasis a distancia):
- M0: sin metástasis a distancia
- M1 - presencia de metástasis a distancia
Osteosarcoma - tratamiento
El tratamiento del osteosarcoma se combina: son importantes tanto la cirugía de extirpación del tumor como el tratamiento farmacológico adicional (quimioterapia).
La radioterapia en el tratamiento de este grupo de neoplasias muestra poca efectividad.
La etapa básica en el tratamiento de los osteosarcomas es la cirugía, que consiste en la extirpación completa del tumor con un margen adecuado de tejido sano.
En el pasado, el diagnóstico de osteosarcoma a menudo requería la amputación de una extremidad. Hoy en día, gracias a los avances en las técnicas de cirugía reconstructiva, suele ser posible realizar procedimientos menos radicales que salvan la extremidad.
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El régimen de tratamiento para el osteosarcoma también incluye dos etapas de quimioterapia: quimioterapia neoadyuvante y adyuvante.
- Quimioterapia neoadyuvante
La quimioterapia neoadyuvante se administra antes de la cirugía y permite reducir el tamaño del tumor, facilitando así su escisión. Una buena respuesta a la quimioterapia preoperatoria también es un factor pronóstico favorable.
- Quimioterapia adyuvante
La quimioterapia adyuvante se administra después de la cirugía de resección del tumor. El objetivo principal de su uso es destruir el llamado micrometástasis, que son células tumorales residuales que permanecen en el cuerpo a pesar de la extirpación de la masa tumoral principal.
Por lo general, se usan varios medicamentos en combinación con la quimioterapia contra el osteosarcoma. Los más utilizados son:
- doxorrubicina
- cisplatino
- ifosfamida
- etopósido
- metotrexato
La terapia con múltiples fármacos conlleva un alto riesgo de efectos secundarios, por lo que los pacientes sometidos a quimioterapia deben ser monitoreados constantemente en términos de las funciones de los órganos internos (hígado, riñones, corazón), así como las complicaciones infecciosas causadas por la producción deficiente de glóbulos en la médula ósea.
Osteosarcoma - pronóstico
El pronóstico del osteosarcoma depende de muchos factores; sin embargo, el estadio del cáncer en el momento del diagnóstico es de gran importancia.
Si la enfermedad se detecta en una etapa limitada, antes de que se produzcan metástasis a los ganglios linfáticos u órganos distantes, el pronóstico es mucho mejor.
El régimen de terapia utilizado actualmente:
- quimioterapia preoperatoria
- procedimiento quirúrgico
- quimioterapia posoperatoria
permite obtener una tasa de supervivencia a 5 años en el rango del 60-70%.
El peor pronóstico se refiere al osteosarcoma en etapa metastásica, así como a los casos de recurrencia de este tumor.
Bibliografía:
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