La diarrea, los vómitos o la gastritis en los niños pueden provocar un desequilibrio electrolítico y una deshidratación grave. Para evitarlo, debe darle a su niño la cantidad adecuada de líquidos.
Durante la diarrea o los vómitos graves, el niño pierde electrolitos que se encuentran en la sangre, el plasma y los líquidos que rodean y llenan las células del cuerpo. Son necesarios para su correcto funcionamiento y su deficiencia puede afectar negativamente a la salud.
Esto te será útilCuáles son los electrolitos responsables de:
- oxigenación y nutrición de cada célula del cuerpo
- transporte de impulsos eléctricos y nerviosos entre células
- participación en la distribución y absorción de agua en el cuerpo
- mantener la tensión en las membranas celulares
- mantener la contractilidad adecuada de los músculos esqueléticos y el músculo cardíaco
- bombeo y flujo sanguíneo
- mantener el equilibrio ácido-base en el cuerpo
La deshidratación puede tomar tres etapas diferentes.
Síntomas de un ligero grado de deshidratación:
- aumento de la sed
- menos producción de orina
- orina de color amarillo oscuro, olor acre
- estómago hinchado
- falta de apetito
- falta de ganas de jugar, irritabilidad, llanto
- boca seca en la boca
Síntomas de deshidratación moderada (además de los anteriores):
- el niño está inquieto y agitado
- ojos hundidos
- sin lágrimas
- sequedad de boca y lengua
- aumento de la frecuencia cardíaca
- Inelasticidad de la piel: cuando se pellizca la piel, se forma un pliegue que desaparece lentamente.
- Recurrencia capilar prolongada: después de 5 segundos de presionar la uña colocada al nivel del corazón, el color de la piel circundante debe volver a la normalidad en 1,5 segundos. Si tarda más, es señal de un trastorno circulatorio.
- disminución de la sudoración
- fiebre
Síntomas de deshidratación severa (además de los anteriores):
- sin lágrimas
- ojos muy hundidos
- boca y lengua muy secas
- el niño es incapaz de beber de forma independiente
- el pliegue de la piel se estira muy lentamente
- caída de la presión arterial
- hinchazón de la lengua
- convulsiones
- condición muy grave del niño - manos "desbordadas" y pérdida del conocimiento
- coma
Cómo prevenir la deshidratación en los niños
Para evitar la deshidratación, dele a su bebé muchos líquidos. Todos ellos deben tener la osmolaridad adecuada. Por lo tanto, debe evitarse la administración de bebidas carbonatadas, jugos o caldos, ya que el agua que contiene penetra en la luz intestinal y se excreta del cuerpo en lugar de al cuerpo.
Los líquidos de rehidratación oral como ORSALIT® DRINK serán los mejores en este caso. Además de agua, contiene glucosa y electrolitos, y su composición cumple con las recomendaciones de ESPGHAN. ORSALIT® DRINK no contiene sustancias alergénicas (gluten, proteína de la leche, lactosa), por lo que también es seguro para las personas alérgicas. Se puede comprar en cualquier farmacia sin receta. Está disponible en prácticos frascos y no requiere preparación. Su gran ventaja es su sabor dulce, a fresa. Lo mejor es darle la bebida fría al niño y asegurarse de que la beba en pequeños sorbos.
Las bebidas que se le den a su hijo no deben ser ni demasiado frías ni demasiado calientes. Los mejores son los que tienen temperatura ambiente. Los líquidos calientes pueden agravar los síntomas y los líquidos fríos harán que el cuerpo se defienda del frío utilizando la energía necesaria para combatir las infecciones.
Durante la deshidratación, además de beber líquidos, no se debe olvidar una dieta adecuada. Es mejor darle a su bebé alimentos que contengan mucha agua, como frutas y verduras. El menú también debe incluir carbohidratos complejos, es decir, papas, arroz, pan, cereales, carne magra y yogur.
La deshidratación en los niños es muy rápida. En casos extremos, puede provocar desmayos, coma e incluso la muerte. Por lo tanto, si los síntomas persisten, pero empeoran, consulte a un médico lo antes posible.
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