Las leches infantiles que se producen actualmente son muy diferentes de la leche en polvo normal, que se les daba a los niños pequeños hace una docena de años. ¿No puedes amamantar? No lo experimente tanto. Seguramente encontrarás una mezcla adecuada para tu pequeño en tiendas y farmacias.
Las leches infantiles que se producen actualmente son muy diferentes de la leche en polvo normal, que se les daba a los niños pequeños hace una docena de años. La base de la mayoría de ellos es la leche de vaca, pero especialmente modificada para parecerse lo más posible a la leche materna, un alimento ideal para un bebé. Las mezclas también se modifican porque la leche de vaca no es saludable para un niño pequeño. Contiene el doble de proteínas y algunos elementos minerales (por ejemplo, potasio y sodio) que la leche materna. En el estómago de un niño, se enrolla en una pelusa difícil de digerir, lo que ejerce presión sobre el delicado hígado y los riñones del niño. La leche de vaca también contiene un ingrediente llamado beta-lactoglobulina, considerado por los médicos como uno de los principales alérgenos alimentarios. Es por eso que incluso una pequeña porción de leche de un cartón puede causar vómitos, diarrea o dolor de estómago en un niño pequeño. Por otro lado, la leche de vaca no contiene suficientes micronutrientes, vitaminas, ácidos grasos insaturados y hierro, necesarios para que un niño se desarrolle adecuadamente.
¿Qué es la modificación?
Es una serie de procesos complicados con un objetivo: hacer que la composición de la leche de vaca sea lo más similar posible a la composición de la leche materna humana. Los productores reducen la cantidad de proteínas, agregan la cantidad de grasas insaturadas adecuadas para el bebé, asegurando que las proporciones entre ellas sean las mismas que en la leche materna. También se agregan a la mezcla colesterol (necesario para el desarrollo celular o la producción de vitamina D3 en el cuerpo del niño) y carbohidratos, que proporcionan energía. Se cambian las proporciones de sales minerales, se les agrega el hierro y el yodo necesarios para el bebé (si no estuvieran allí, el sistema urinario del bebé no podría hacer frente a la excreción de micronutrientes en exceso). La proporción de calcio a fósforo también cambia: en la leche modificada hay el doble de calcio que de fósforo, porque solo entonces los huesos y los dientes del bebé se desarrollan adecuadamente, gracias a la absorción sin interrupciones de estos elementos. Las vitaminas que se encuentran en los alimentos naturales también se agregan a las fórmulas infantiles: A, C, D y E, y algunos tipos de leches también incluyen ingredientes que fortalecen la inmunidad (probióticos y prebióticos) o mejoran el desarrollo y el funcionamiento del cerebro (ácidos LCPUFA). Los científicos aún no han logrado producir la mezcla perfecta, una que imite al cien por cien la comida de la madre. Pero la composición de las preparaciones se mejora constantemente, para que proporcionen al niño la mayor cantidad posible de nutrientes necesarios.
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¿Qué tipo de leche será mejor?
Hay varios tipos de leche para bebés sanos a la venta. Existen preparaciones estándar, enriquecidas con probióticos, así como mezclas para niños con tendencia a verter. También son hipoalergénicos, destinados a niños con riesgo genético de alergia, pero sin sus síntomas. ¿No estás seguro de cuál elegir? Pídale ayuda al pediatra que atiende a su bebé. El médico tendrá en cuenta la composición de los preparados y las necesidades del bebé, porque no toda la leche es adecuada para todos los bebés. Antes de recomendarle una preparación específica, debe examinar al niño. Es bueno saberlo: algunos tipos de leche para bebés sanos, como Enfamil o Bebilon, también se pueden comprar en una farmacia sin receta. Estas mezclas suelen ser más caras que las disponibles en las tiendas, ya que además contienen varios ingredientes.
Leche desigual
Las mezclas iniciales están destinadas a niños sanos de 1 a 6 meses de edad, no propensos a las alergias ni a la lluvia. Contienen un conjunto completo de nutrientes, vitaminas y minerales. Están marcados con el número 1, por ejemplo, Bebiko 1, NAN 1, Hipp 1, Humana 1.
Mezclas para niños con tendencia a verter en su composición, además de vitaminas y microelementos, existen sustancias que espesan la leche en el estómago, por ejemplo, almidón de patata o harina de algarroba, gracias a las cuales la comida no retrocede. Marcado con el símbolo AR, p. Ej. Enfamil AR, Nan AR.
Mezclas enriquecidas con probióticos y prebióticos que apoyan la inmunidad del niño. ¿Cómo está funcionando? Los probióticos son bacterias valiosas para la salud y que viven en los intestinos. Previenen la diarrea y el estreñimiento y estimulan el funcionamiento del sistema inmunológico. Los prebióticos son azúcares que promueven el desarrollo de probióticos. Mejoran el estado de la microflora intestinal, protegen contra enfermedades y tienen un efecto positivo en el desarrollo. Los probióticos incluyen NAN Bifi dus y prebióticos Bebiko 1 o Bebilon 1.
Mezclas enriquecidas con ácidos grasos LCPUFA, ingredientes que construyen la estructura del cerebro, apoyan el desarrollo de habilidades cognitivas y mejoran la vista. Se incluyen, por ejemplo, en Enfamil Premium 1, Alprem y Bebilon Neonatal (leche para bebés prematuros y niños con bajo peso al nacer), Bebilon 1.
Mezclas hipoalergénicas para niños sanos, pero genéticamente alérgicos (uno o ambos padres padecen alergia). Contienen una proteína preparada para minimizar el riesgo de alergias, por ejemplo, Bebiko 1 HA, Bebilon 1 HA, Humana HA, NAN HA. Este grupo también incluye mezclas para niños propensos a los cólicos y flatulencias, como NAN HA Sensitive o Bebiko Omneo. Tienen un nivel reducido de lactosa, es decir, azúcar de la leche. Estas mezclas no son adecuadas para niños pequeños alérgicos a la proteína de la leche de vaca.
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