El hígado limpia el cuerpo de toxinas y productos metabólicos dañinos, secreta bilis y almacena energía y vitaminas. Estas son solo algunas de las 500 funciones que realiza en el cuerpo humano. Y aunque es extremadamente resistente a los daños, puede sufrir enfermedades y cambios degenerativos con el tiempo. ¿Cómo protegerla de eso?
El hígado tiene una capacidad regenerativa notable, pero también tiene sus limitaciones. Un estilo de vida poco saludable que dura años: una dieta alta en calorías y grasas, la falta de actividad física, el abuso de alcohol y otros estimulantes lo sobrecargan y dificultan su regeneración, y las infecciones virales y enfermedades crónicas no tratadas contribuyen a la inflamación y destrucción de sus células. Es posible que no note durante mucho tiempo que le está sucediendo algo malo: el hígado no duele, no pide ayuda y, cuando aparecen síntomas alarmantes, a menudo es demasiado tarde para revertir los cambios peligrosos: tejido graso y cirrosis. Por eso vale la pena cuidarla y mimarla en todos los sentidos. Comprueba qué le gusta a tu hígado.
¡Y descubra lo importante que es el hígado para el cuerpo!
Ver más fotos Productos que sirven al hígado 8Tabla de contenido
- Comidas pequeñas y frecuentes
- Dieta de fácil digestión
- Apoyo a base de hierbas
- Beber alcohol con moderación
- Actividad física
- Protección contra el virus
- Exámenes preventivos
Comidas pequeñas y frecuentes
En lugar de tres comidas más abundantes al día, coma 5-6 pequeñas. El hígado puede soportar una carga ligera más fácilmente y hará un buen uso de todos los ingredientes proporcionados. La comida debe estar moderadamente tibia, ni fría ni caliente. Recuerda comer a la misma hora, en un ambiente tranquilo, nunca con prisa. Come despacio, masticando cada bocado.
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Dieta de fácil digestión
Las comidas deben estar recién cocinadas, no recalentadas. Evite freír: es mejor comer todos los productos hervidos o guisados, con la adición de aceites vegetales o horneados en papel de aluminio. Las verduras y frutas se comen mejor crudas o al vapor.
El hígado funciona mal cuando la dieta diaria carece de productos crudos ricos en enzimas digestivas y fibra, por lo que las verduras deben constituir al menos la mitad del menú diario; a esto, agregue productos de granos integrales y grañones.
Vale la pena limitar la cantidad de carne cruda y productos elaborados con harina de trigo (pan, pasta) y evitar las setas.
Coma carne magra y productos lácteos, y el pescado también debe incluirse en su dieta.
Las grasas recomendadas son colza, girasol, aceite de soja, aceite de oliva, pequeñas cantidades de mantequilla; Elimina las carnes grasas y las grasas animales como la manteca de cerdo, la manteca de cerdo y el tocino. ¡Obtenga más información sobre cómo actúan los aceites vegetales en el cuerpo!
Use hierbas suaves como:
- Mejorana,
- menta,
- bálsamo de limón,
- comino molido,
- albahaca,
- estragón,
- vainilla,
- canela,
- clavos de olor.
Renuncie a las especias picantes.
Minimice los productos altamente procesados con conservantes, mejoradores y colorantes artificiales.
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Apoyo a base de hierbas
La alcachofa, el diente de león y el cardo mariano regeneran las células del hígado, actúan como colagogo y colagogo. Date un capricho de vez en cuando: durante 20 días, antes de acostarte, bebe un vaso de diente de león y raíz de alcachofa (vierte una cucharadita de hierbas con un vaso de agua caliente durante 10 minutos). También puede ayudarse con preparaciones ya preparadas con extracto de alcachofa, así como con cardo mariano, que contiene silimarina, que es beneficiosa para el hígado.
Beber alcohol con moderación
Seamos realistas: el alcohol es una sustancia que requiere mucho esfuerzo por parte del hígado para metabolizarse, por lo que su uso excesivo lo sobrecarga adicionalmente y dificulta su regeneración. No importa en qué forma tomemos alcohol. Incluso si bebemos regularmente cerveza, vino o bebidas ligeras, nos "envenenamos" un poco con el etanol que contienen, y el hígado tiene que desintoxicarnos. Es por eso que se recomienda moderación, y preferiblemente, abstinencia total del alcohol.
Actividad física
Cuando se cultiva de forma regular, proporciona importantes beneficios para el hígado. Primero, el ejercicio ayuda a eliminar sustancias tóxicas del cuerpo. En segundo lugar, ayuda a mantener un peso corporal saludable y a reducir la grasa corporal (la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar la enfermedad del hígado graso no alcohólico). En tercer lugar, reduce la resistencia a la insulina de los tejidos, lo que interfiere con el funcionamiento y los procesos regenerativos del hígado y conduce a su esteatosis y al proceso inflamatorio crónico resultante.
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Protección contra el virus
Para la salud del hígado, también es importante protegerlo del ataque de virus que inducen inflamación aguda o crónica (más difícil de detectar). Lo básico es seguir las reglas de higiene: lavarse las manos, usar equipo de inyección esterilizado (por ejemplo, en el tratamiento de la diabetes). Estas actividades reducen el riesgo de infección por VHC, que causa la hepatitis C. También vale la pena vacunarse contra la hepatitis B, especialmente antes de una cirugía en un hospital o incluso un procedimiento de medicina estética.
¡Esto es importante! ¡Asegúrese de lavarse las manos correctamente!
Exámenes preventivos
Las enfermedades, dolencias e infecciones virales silenciosas del hígado no suelen dar síntomas evidentes, por lo que es importante comprobar su estado mediante pruebas de laboratorio. Su médico de cabecera puede solicitar pruebas que le permitirán evaluar inicialmente la condición de su hígado: el nivel de bilirrubina y enzimas hepáticas AST, ALT. Esto es especialmente importante si está tomando estatinas crónicas para reducir el colesterol u otros medicamentos que afectan su hígado. También se recomienda hacerse un análisis de sangre cada pocos años para detectar la presencia de anticuerpos anti-VHC y del antígeno HBs (especialmente si no tiene una vacuna contra la hepatitis B actualizada). Esto es suficiente para que se sienta seguro de que no le ocurre nada peligroso a su hígado.
Vale la pena enriquecer tu dieta con productos que faciliten el trabajo del hígado, como:
- Aguacate: es una rica fuente de L-aspartato, un aminoácido esencial para el curso de muchos ciclos metabólicos en el hígado. También contiene vitamina K, que inhibe el crecimiento de muchos cánceres, incluido el cáncer de hígado.
- Brócoli: es una buena fuente de clorofila, un tinte verde que se une a las sustancias nocivas (incluidos los metales pesados) y facilita su excreción del cuerpo. La condición del hígado también está asegurada por la vitamina K presente en el brócoli, así como por el glutatión y los compuestos de azufre que ayudan al hígado a eliminar sustancias tóxicas del cuerpo.
- Las remolachas contienen betanina, un aminoácido que intensifica la producción de bilis y apoya el efecto de limpieza del hígado, además de proteger sus células. Son ricas en fibra soluble que apoya las funciones de desintoxicación y limpieza del órgano.
- Limón: su jugo intensifica la secreción de enzimas, lo que ayuda al hígado a limpiar el cuerpo.
- Ajo: rico en azufre, un elemento importante para el buen funcionamiento del hígado: aumenta la secreción de ácidos biliares y también ayuda al hígado a eliminar toxinas, incluidos los metales pesados, del cuerpo. El ajo también es una buena fuente de glutatión, un antioxidante que actúa como agente desintoxicante.
- Cúrcuma: protege el hígado contra la influencia de sustancias tóxicas, mejora su trabajo al estimular la producción de bilis y su secreción en el duodeno. El glutatión presente en la cúrcuma ayuda a limpiar el cuerpo de impurezas.
- Col rizada: extremadamente rica en antioxidantes, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.
- Las nueces y las almendras son una buena fuente de arginina, un aminoácido que ayuda al hígado a desintoxicar el cuerpo (convierte el amoníaco tóxico en urea menos dañina, que luego se excreta del cuerpo). El efecto limpiador del hígado se ve reforzado por el glutatión presente en los frutos secos.